
Se acerca con un paso lento, pero sumamente segura... Cruza la calle lo mira y él levanta su mano. Camina unos cuantos pasos más, él la estrecha en sus brazos y la besa dejando impregnado el sabor de sus labios en los de ella. El mundo se difumina a vacío y solo son dos locos enamorados en medio de la nada, porque ellos han hecho un todo.
Sin lugar a dudas, un lugar tan público e impersonal como el asfalto puede convertirse en el refugio privado de dos almas que luchan por seguir siendo una.
ResponderEliminarQue bueno que no has perdido tus dotes.
Me gustó mucho.
RoD