Antes de Delirar...

Quisiera comentarte que mi locura me ha hecho escribir los textos mas variados que te puedas imaginar, son delirios sacados un poco de mi mente enferma y un poco de lo que veo, siento y escucho de esta sociedad desquiciada... Porque todos tenemos locuras y el mantenerlas en secreto no sirve de nada, si de todas maneras el mundo delira cada medio minuto.

Que disfrutes.

22 de mayo de 2007

♦ Mi victima matinal

Cada mañana me dan ganas de torturarlo... Si, soy una asesina matinal... Quisiera apretarlo contra el piso hasta que quede el mas minimo pedazo de su ser... Odio su trabajo! lo odio! ... Y claro, mientras mas puede fastidiarme mas feliz es... Como si disfrutara gritarme y despertarme de mala gana.... Bien muerto debe estar el que te invento, maldita criatura material...

2 comentarios:

  1. Es increible como todos podemos ser posibles asesinos, todos tenemos un arma letal... nuestras manos, que tantas veces nos han servido para crear, también tienen la capacidad de destruir. Son las paradojas de la vida... cada uno elige como utiliza esas "herramientas".

    Te Amo, me gustó mucho esta entrada... viste que tienes un talento especial?

    RoD

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  2. PREÁMBULO A LAS INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ


    Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalo, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
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    Escrito por Julio Cortázar
    Tomado del libro "Historias de cronopios y de famas"

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